El lunes por la tarde vivimos un momento muy especial en la Iglesia de San Antón. A las 20:00 horas, comenzamos con una misa que tuve el honor de presidir, y que dio paso a la bendición y presentación de una obra que ya forma parte del alma de este lugar: Resurrectio, una escultura monumental del maestro Víctor Ochoa.

Esta pieza, que ya fue parte de la exposición de Las Edades del Hombre, representa algo único en el arte sacro: el instante exacto de la resurrección de Cristo. Con más de dos metros de altura, parece suspendida entre lo humano y lo divino, y conmueve por su fuerza, su belleza y su mensaje.

Durante la presentación, Víctor nos compartió unas palabras que nos llegaron al corazón:

“En Resurrectio he querido materializar el tránsito de Jesús desde la muerte a la vida, del ser humano al Ser Divino, cruzando el abismo entre lo terrenal y lo eterno, para mostrar en la escultura ese instante irreconocible y glorificado en el que el amor trasciende la muerte”.

Cuando me dijo que quería que esta obra estuviera en San Antón, me emocioné profundamente. Pocas veces se representa al Cristo resucitado, y esta escultura es, sin duda, una de las más puras representaciones de la esperanza que he visto. En un mundo marcado por el dolor y la guerra, necesitamos más que nunca símbolos de paz como este.

Víctor también explicó por qué eligió nuestra iglesia:

“La iglesia de San Antón es un refugio donde se calma tanto el hambre del cuerpo como el del alma de quienes más sufren. Confío en que Resurrectio sea un faro de paz y esperanza, un abrazo silencioso que acompañe y fortalezca a cada persona en esos momentos de necesidad y encuentro”.

La escultura permanecerá expuesta de forma continua en San Antón durante los próximos meses. Invitamos a todos a venir, contemplarla y dejarse tocar por su mensaje. Como nos dijo María: “Nunca había visto algo así. Es como si el mármol respirara. Me ha impresionado mucho”.

“Desde Mensajeros de la Paz, seguimos creyendo que el arte, la fe y la solidaridad pueden caminar de la mano para transformar vidas. Y Resurrectio es, sin duda, una muestra viva de ello”, dijo el Padre Ángel.