Sin duda, uno de los más emotivos tuvo lugar con motivo de la celebración en el año 2016 en Roma de una jornada sobre excluidos.
El padre acudió a una misa privada en la residencia del Papa, Santa Marta, junto con otros cuatro sacerdotes tras la cual entregó al Pontífice una figura de la paloma de la paz, símbolo de Mensajeros de la Paz.
El Papa felicitó al padre asturiano por su labor con las personas sin hogar: “Seguid, Ángel. Ellos sí que son la carne de Cristo”, dijo Francisco al padre Ángel.
El padre Ángel, “impresionado” por el encuentro, comentó que el Papa le dijo que “todos los templos deberían estar abiertos las 24 horas”, como es el caso de la parroquia de San Antón.
El sacerdote ya había coincidido en otras ocasiones con el Papa, al que conoció antes de su nombramiento, cuando éste vivía en Argentina.
A continuación, en una audiencia general con alrededor de 5.000 personas sin hogar y voluntarios celebrada en una sala del Vaticano, una de las personas sin techo de la parroquia de San Antón regaló al Papa un dibujo original del altar de la iglesia madrileña.
Posteriormente, el Papa recibió en septiembre del 2018 a los sacerdotes que trabajan en Mensajeros. Francisco animó al padre Ángel, junto al limosnero del Vaticano el recién nombrado cardenal Krajeski, a que Mensajeros abriera en Roma una iglesia 24 horas al día como lo hace San Antón en Madrid.
El sacerdote Julio Millán dijo que el Papa “nos ha sonreído y nos ha cargado las pilas para seguir trabajando y dando gracias a Dios por estos cincuenta años de trabajo con niños, mujeres, mayores, refugiados, sin techo y todos esos hermanos nuestros, que a menudo están en las orillas de la vida, esperando una iglesia samaritana y misericordiosa, que esté abierta de par en par no solo las 24 horas sino también toda la vida”.
El padre entregó al Papa una escultura de un sin techo sentado en un banco, que es una réplica de la que existe, a tamaño natural, en la entrada de la Limosnería dedicada a los pobres en el Vaticano.