La iglesia de San Antón se llenó en la Misa funeral para despedir a nuestro gerente, amigo y compañero Pedro Mella, fallecido recientemente.
Al acto acudieron, además de familiares, amigos y trabajadores de Mensajeros varios sacerdotes que concelebraron la Misa con el padre Angel.
El presidente de Mensajeros dijo en la homilía: «No te digo adiós; te doy las gracias, porque hoy soy mucho mejor persona que el día en que te conocí». Recordó que Pedro fue sobre todo su amigo, su báculo, su hermano, uno de aquellos niños a los que recogió en ‘La Cruz de los Ángeles’ y con los que comenzó su obra, hace ya más de 50 años.
También recordó que Pedro fue el primer niño que se trajo con él a Madrid cuando decidió venir a la capital de España y desde el primer momento trabajó para ganarse la vida. Pedro pasó posteriormente a ser gerente de Mensajeros y llevaba muchos años trabajando con el padre Angel.
«Le casé, bauticé a sus hijos y a sus nietos, compartimos tantas penas y alegrías. Pedro fue mi hijo, fue ese hermano que nunca tuve», añadió.
Narró sus últimos momentos cuando le dió «la última bendición en la habitación del hospital y Feli, su mujer, hacía que apretase con la mano la imagen de la Virgen de Covadonga».
La ceremonia terminó con el himno a la Virgen de Covadonga y un aplauso para alguien al que nunca olvidaremos.