El frío suele castigar la celebración de San Antón. Los miles de fieles que acuden a la bendición y a los actos no pasaron frío este año. Este año el tiempo no nos castigó y nos permitió gozar de una jornada preciosa de unión entre hombres y animales.
Desde las nueve de la mañana cientos de personas con sus mascotas acudieron a que los sacerdotes bendijeran a sus animales. Perros, gatos, pájaros, ratones, tortugas, ovejas, … fueron bendecidos en una ceremonia festiva.
Cientos de personas compraron los panecillos de San Antón que se venden desde hace muchos años. Delfín que lleva 38 años repartiendo estos panes recordaba a los compradores que hay que dejar sin comer una de las galletas y envolver una moneda y dejarla debajo del pan a la vez que se pide un deseo. Al año hay que sacar la moneda, llevarla a San Antón y echarla en uno de los cepillos de la iglesia. El deseo, que no debe ser material, se debería haber cumplido.
Tuvimos la alegría de tener la banda de la Policía Municipal en San Antón. Nos ofrecieron un precioso concierto y les dijimos que aquí siempre tendrán un sitio donde tocar. Este año la ordenanza de ruido les prohibió tocar en la calle.
El padre Angel entregó a Bernardito Auza, Nuncio de su Santidad el Papa en España, el banco solidario en agradecimiento a su presencia en la Misa Mayor de San Antón 2020.